Con un lápiz entre los dedos puedo perder la noción del tiempo. No hay mejor maestro que la práctica. En el dibujo, cómo en la escritura, todos tenemos un trazo distintivo que lo hace único, desde la manera de sostener los utensilios a cómo interpretamos o aprendemos a mirar. Mis dibujos e ilustraciones son suaves y proporcionados. En ellos aplico la técnica de la acuarela y el lápiz. Lo aparentemente sencillo es lo que más me gusta. Sutil y con colores sin estridencias.