Recuperar piezas y darles otra oportunidad es una gran enseñanza que recibí en la Facultad de Bellas Artes. En los contenedores de residuos de los edificios en construcción, siempre se encuentran maravillas. Lo que para muchos sería “basura”, para mí son obras de arte en potencia. También reciclo todo tipo de utensilios que me encuentro por la calle, como tornillos, llaves, monedas oxidadas, cristales… cualquier objeto puede formar parte de una obra decorativa.